De lo cotidiano (que termina en Guerra mundial) XVIII
Él: no entiendo por qué si yo pongo tu bolsa en el piso del carro, hasta te quieres divorciar. Y tú sí puedes poner tu bolsa en el piso, y no te regañas.
Yo: amor, esto no es una bolsa, es una mochila… el efecto es muy diferente.
Él: es exactamente lo mismo: una mochila es una bolsa…
Yo: claro que no; o sea, tal vez metes las mismas cosas, pero no es lo mismo. Es como los rines: tú ves diferencias entre ellos, y yo no…. ¿ves cómo no son iguales?
Él: no es lo mismo….
Yo: ya ves: no es lo mismo: no son iguales.
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