De lo cotidiano (que termina en Guerra mundial) XXVI
Él: nena, tus libros parecen bacterias, se reproducen en el aire, mira nada más qué tiradero. Ya no cabemos.
Yo: amor, es que ya no tengo dónde ponerlos… si tuviera un librero nuevo…
Él: si tuvieras un librero nuevo seguirías dejándolos tirados por todas partes
Yo: ¿tú crees?… ¿a ver?, podríamos probar… ¿me haces un librero?
Él: (mirada asesina)
Yo: (mirada de perrito callejero bajo la lluvia)
Él: vamos a comprar la madera… pero vas a ver que en esta casa seguirá el tiradero de libros… te lo apuesto.
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