De lo cotidiano (que termina en Guerra mundial) XXII
Yo: amor, ¿por qué cambiaste el lugar de las bisagras en los alhajeros?
Él: ¿cómo que por qué?, pues porque tú me dijiste…
Yo: ¿yo?, no, no te dije que las cambiaras…
Él: claro que sí, me preguntaste que por qué las había puesto de ese lado
Yo: ¿y luego?
Él: pues ese cuestionamiento significa que no te gustaron de ese lado, y que las tenía que cambiar.
Yo: claro que no, mi pregunta sólo necesitaba una explicación, no era una objeción…
Él: todas tus preguntas son objeciones…
Yo: no, corazón, mis preguntas son preguntas :/
*[Ella (grita desde su recámara): mamá….. todas tus preguntas son objeciones]
*Nota de la redacción: ese último comentario lo escribió Luna
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