De lo cotidiano (que termina en Guerra mundial) XXXV
Él: ¿qué tanto escribes, nena?
Yo: una historia
Él: ¿de tu novela?
Yo: noup…
Él: ya la arrumbaste, ¿verdad?
Yo: … bueno, ¿quieres quitarme la inspiración?
Él: no. Sólo dime: ¿la novela ya valió madres, verdad?
Yo: noooouuuup… bueno, no es tan fácil: está en stand by
Él: o sea: arrumbada.
Yo: no, sólo está detenida…
Él: arrumbada. No se por qué no te gusta llamar a las cosas por su nombre…
‹ De lo cotidiano (que termina en Guerra mundial) XXXIV De lo cotidiano (que termina en Guerra mundial) XXXVI ›