De lo cotidiano (que termina en Guerra Mundial) XL
Yo: ¿trajiste las medidas para pasar a comprar el vidrio de mi cuadro?
Él: nop…
Yo: ¿por qué, amor, siempre se te olvida?
Él: ya te dije cincuenta veces que en este carro no cabe.
Yo:… ah, si’scierto… pero, a ver (cogiendo su cabeza con ambas manos para que me mire), eso significa que…
Él: que por lo menos me falta repetírtelo unas cincuenta veces más, chaparrita…
Yo: muy bien. Entonces, ¿de quién es la culpa?
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