Yo, la peor… pero la peor, peor, peorsísima señora del mundo
Primera parte
Ya sé que es imposible quitarle el puesto a sor Juana, (y mucho más difícil a esa otra señora de Turambul) pero sin duda padezco, igual que muchas otras atribuladas mujeres, el terrible síndrome de peoridad más culpa recursiva que nos ataca a todas las madres de este planeta, sobre todo si nacimos en las coordenadas incorrectas.
Soy la peor madre del universo. Y no lo digo con orgullo, ni con ironía. Ni con nada. Sólo lo reconozco, tal vez con vergüenza o con arrepentimiento banal.
Estoy muy muy muy triste. He estado leyendo novelas cuyas historias tienen que ver con abandonos maternos y me pongo, también, a sudar calenturas ajenas, como dice mi madre, y a sentir culpa por lo que otras madres le hacen a sus hijos de papel o de huesitos de verdad.
Hoy, la pobre Luna ha estado quedándose dormida por todos lados, porque ayer se durmió a las dos de la mañana, y su papi la levantó a las 5:45 para ir a la escuela; o sea: durmió un poco más de tres horas. Mi madre, que es de esas madres modelos que jamás aceptarían que su hijito de secundaria se durmiera después de las nueve, de estar cerca, seguramente me hubiera matado.
Cualquiera diría que son cosas que hacen los jóvenes modernos (eso de desvelarse) y que tienen que aprender las consecuencias de sus actos. Pero no. Luna se desvela porque se pone a leer. Y yo le digo: ‘chaparrita, ya duérmete’ y ella me dice: ‘pérame tantito, ya nada más déjame ver qué le pasa a Fulano’. Y como no tengo corazón para dejarla con la incertidumbre, y también yo me pongo a leer, no nos damos cuenta de cómo los numeritos del reloj cambian de las 10:00 a la 01:00. Y la señora, o sea, yo, sin ir a chicuelear ala chamaca…
Ayer, luego de terminar de leer su novela, en la madrugada, fue a dejarla a mi buró (era mía) y, según yo, se regresaría a dormir, pero no:se quedó ahí. Estaba llorando de forma soterrada. Casi siempre, cuando sospecho que llora y le pregunto qué le pasa, ella finge cualquier otra cosa (que una basurita, que tiene alergia, que el aire…) pero esta vez, me miró con la misma carita que ponía cuando era bebé y su abuela se regresaba a Cuautla y me dijo, sin dejar de llorar y echándose a mis brazos, ‘es que es muy triste, mamá. La historia de Shanti es muy triste’, y entre sollozos me contó que lo que pasaba con Joel era lo mismo que le había pasado a su amigo L de la primaria, y que ahora entendía por qué siempre L estaba tan enojado con el mundo; y que era terrible que a la protagonista la hubiera abandonado su madre… y bueno, me dijo más cosas que ya no platicaré porque no quiero echar a perder lecturas. Pero esa historia nos llevó a conversar casi una hora sobre asuntos de la novela que se extrapolaron a nuestras vidas y formas de relacionarnos, sobre el amor, los hermanos y la ironía; pero también nos condujo a cuestionar el mundo, el poder, el narcotráfico, la injusta repartición de la riqueza… Y Sergio casi nos tira por la ventana cuando nos mandó a dormir a las dos de la mañana.
¿Qué madre que se respete, lejos de mandar a dormir a la criatura, se pone todavía a darle cuerda?
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Estas lejos de ser la mamá más mala del universo, he conocido mamás en Marte que hacen cosas peores pero de verdad tú eres una madre genial que tiene una sensibilidad digna de una Benne Gesserit a diferencia de sus hábitos de crianza claro está, quiero saber que libro estaba leyendo Luna ya que me intereso, podrías decirme por favor ; saludos, largas y buenas noches.
esas desveladas con mamá, son de los momentos más entrañables, por que simplemente el tiempo desaparece y no importa si hace un rato discutimos por que no he tendido mi cama ( o esas cosas por las cuales las madres intentensean) al menos yo, adoro esos momentos y aunque no sean precisamente platicas sobre un libro, las horas se escurren rápidamente y de pronto vamos navegando sin rumbo y creo que hasta dejamos de ser madre e hija, simplemente somos y ya. (: pd. Gracias por hacerme recordar.